Tecnicatura Superior en Psicomotricidad
Título: Técnico Superior en Psicomotricidad
Duración: 3 años
Turno: Mañana 4 días a la semana
Res. N° 3443 – 2019 – DGE
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¿Sabías que es la primer Tecnicatura Superior en Psicomotricidad en la Provincia de Mendoza?
Nos enorgullecemos de haber creado una carrera tan importante para la vida presente y futura de los niños.
Si tenés título Secundario completo, o sos mayor de 25 años y estás comprendido en el artículo 7mo de la ley de Educación Superior, podés preinscribirte para cursar esta nueva carrera.
El técnico Superior en Psicomotricidad ayuda a los niños y niñas en el desarrollo psicomotor desde que nace hasta los seis o siete años.
La Tecnicatura Superior en psicomotricidad sigue la corriente de Bernard Aucouturier, quien plantea una metodología en la cual se refleja la importancia que se le da al cuerpo y al movimiento, desde una perspectiva basada en la no directividad, otorgando mucha importancia a la actividad espontánea y creativa que surge del niño.
Nos referimos a esta práctica como PPA (Práctica Psicomotricidad Aucouturier)
Es de suma importancia la formación corporal del técnico psicomotricista, motivo por el cual se proponen espacios curriculares en formato de taller que den lugar a experiencias en relación con el movimiento y la postura, la voz y el ritmo, la expresión lúdica y plástica. Estos espacios curriculares también tienen como finalidad la formación de un profesional capaz de comprender al otro en sus afecciones, viviendo las experiencias que favorecen el conocimiento del propio cuerpo.
Compartimos la introducción que hizo Bernard Aucouturier en su obra “Los fantasmas de acción y la Práctica Psicomotriz:
“Llegado al final de una carrera profesional en el Centro de Práctica Psicomotriz de Tours, donde he ejercido durante treinta y cinco años, hoy quiero rendir cuentas de la práctica y los conceptos que progresivamente han ido emergiendo de mi experiencia educativa y clínica.
En el transcurso de estos años he tenido la posibilidad de observar y de desarrollar mi práctica con multitud de niños y niñas de la escuela infantil (0-6)’, en el ámbito de mi actividad educativa y preventiva, también con niños que muestran dificultades en el parvulario o en la escuela primaria y con niños de escuelas de educación especial que presentan trastornos más graves del comportamiento o de la inteligencia.
Estas referencias permanentes tanto al desarrollo normal como al que no lo es me ha facilitado el estudio del desarrollo infantil y de sus dificultades para poder poner las bases de las prácticas psicomotrices necesarias para una evolución más armónica por la vía corporal.
Hoy me resulta difícil hacer una abstracción de todo ello porque durante estos años como psicomotricista, mi actividad educadora por una parte y la práctica de ayuda al niño con dificultades por otra, se han enriquecido mutuamente pero a la vez se han diferenciado netamente y se han clarificado. Los últimos diez años como profesional en el Centro de Tours han sido fructíferos para la elaboración de las líneas maestras y los principios fundamentales de las prácticas psicomotrices educativa y terapéutica. En efecto en estos años muchas personas del mundo de la educación, de la psicología y del psicoanálisis se han interesado en estas prácticas y han contribuido, con sus observaciones, a su profundización, desde aquí mi agradecimiento.
Personalmente, en los últimos quince años, he privilegiado la expresión oral, a través de cursos y conferencias y me he apoyado en el análisis de documentos audiovisuales y por esta razón la expresión escrita ha quedado más bien relegada.
La “herramienta” producida no pretende ser un modelo a imitar sino proponer un marco de referencia que permita a cada profesional la libertad para innovar e utilizar su propio estilo en su manera de ser y de hacer. Espero que esta obra permita que cada uno se cuestione acerca de su profesión y de su manera de llevarla a la práctica.
Una referencia clave para la práctica psicomotriz es el concepto de los fantasmas de acción salido de las experiencias corporales compartidas entre la madre y el bebé. Los fantasmas de acción animan todas las actividades y juegos del niño y facilitan el acceso al sentimiento de continuidad del placer de ser uno mismo, abierto a los demás.
Algunas de las referencias teóricas y prácticas que se describen en estas páginas son conocidas, ya que se han ido transmitiendo a través de Seminarios en las escuelas de la ASEFOP a los alumnos que se han formado y se forman en la Práctica Psicomotriz educativa o terapéutica. Estos profesionales no se pueden contentar con la repetición de modelos ni con imitaciones que despersonalizan y desresponsabilizan. Las referencias teóricas, aunque no sean perfectas, o precisamente por ello, pueden ayudar a los psicomotricistas a superar su impotencia frente a la complejidad del comportamiento de los niños, dándoles la seguridad y coherencia necesarias entre lo que hacen y lo que dicen para poder ayudar a los niños con más efectividad.
Las referencias teóricas y prácticas no han de ser una restricción sino las claves de la libertad de pensamiento, de acción y de creación de todo psicomotricista.
Por esto para enseñar la práctica psicomotriz utilizamos el análisis de documentos audiovisuales y ejemplos clínicos como estrategia para llegar a los conceptos teóricos. Esta dinámica, esencial en nuestra pedagogía, nos permite articular íntimamente la teoría con la práctica evitando un discurso demasiado abstracto, sin raíces en la experiencia.
Ante todo se ha de clarificar el concepto de psicomotricidad en su sentido más amplio. El concepto de psicomotricidad pertenece al ámbito del desarrollo psicológico y se refiere a la construcción somatopsíquica del ser humano con relación al mundo que le rodea. La psicomotricidad pone en evidencia la complejidad del desarrollo del ser humano.
La psicomotricidad pone el acento en la construcción somatopsíquica del niño. Efectivamente las experiencias corporales en interacción con el mundo circundante fundamentan el psiquismo, desde las representaciones inconscientes más originarias a las más conscientes.
La psicomotricidad es una invitación a comprender todo lo que expresa el niño de sí mismo por la vía motriz, una invitación a comprender el sentido de sus conductas.
Entendiendo así la psicomotricidad podemos discernir mejor entre la práctica psicomotriz educativa y preventiva y la práctica de ayuda con orientación terapéutica.
La práctica psicomotriz educativa y preventiva es una práctica que acompaña las actividades Iúdicas del niño. Está concebida como un itinerario de maduración que favorece el paso del .placer de actuar» al placer de pensar» y permite que el niño se asegure frente a las angustias.
La práctica educativa se ofrece a los niños desde el período en que hacer es pensar, al período en que pensar es únicamente pensar el hacer y más allá del hacer, aproximadamente hasta los siete años. La escuela infantil (0-6) es el lugar privilegiado para desarrollar esta práctica: pero hay niños y niñas, con algún retraso en su desarrollo psicológico, que pueden beneficiarse de ella hasta más adelante.
La práctica de ayuda terapéutica (la terapia psicomotriz) se propone a un niño cuando se observan alteraciones en su integración psicosomática, que limitan su proceso de aseguración frente a las angustias.
Esta práctica psicoterapéutica está dirigida a anclar el registro simbólico en el cuerpo y en los afectos de placer, por medio de una relación interactiva entre niño y terapeuta.
¿La práctica de ayuda psicomotriz ha de reservarse al ámbito de la sanidad o puede ampliarse a otros ámbitos para que de esta manera puedan beneficiarse de ella muchos más niños y niñas con dificultades?
En Francia, Alemania, Bélgica, España, Italia, Portugal, Suiza y también en Argentina, Brasil, Méjico. Perú y Uruguay se han formado numerosos profesionales en nuestras escuelas, para ayudar a los niños por medio de la práctica de ayuda psicomotriz y muchos de ellos no trabajan en las estructuras sanitarias.
En Italia desde el año 1977 (ley 5/7/1977) se produce la integración de los niños con discapacidades en la escuela infantil (0-6) y en la primaria (6-12). Algunos de estos niños con graves y variadas patologías se benefician de la práctica de ayuda psicomotriz bien integrada en la institución escolar, con profesionales que han recibido una formación específica (como la que se ofrece en las escuelas de la ASEFOP) para ofrecer esta ayuda. ¿La integración de alumnos con discapacidades en la escuela italiana ha de ser una excepción?”
Podrás trabajar en instituciones educativas, ONG y en aquellas instituciones interesadas en el cuidado de los niños, en la prevención y la atención temprana de los mismos.
Cursado en el Centro Universitario del Este. La Colonia. Junín. Mza
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